Por qué decimos NO al Agroparc del Grupo Ametller

Puntos Esenciales:


1) Se quiere aplicar de forma segada el panteamiento territorial vigente.

La realización del Agroparc requiere de una interpretación abusiva del artículo 1.14 del Plan Territorial Metropolitano de Barcelona (PTMB), el cual permite actuaciones de interés territorial no previstas. Esta interpretación abre la puerta a la transformación del paisaje y del sistema productivo del territorio mediante la implantación de agricultura intensiva y de instalaciones diversas que precisan de cantidades importantes de espacio, de energía y de agua. 

Esto pondrá fin al consenso de la preservación de la economía, la biodiversidad, el paisaje y la identidad que el PTMB da a nuestro territorio.  



2) No hará agricultura ecológica ni agricultura coherente con su entorno.

Los cultivos del Agroparc confrontarán con terrenos de cultivo biodinámico y ecológico. También lo hará con pequeños cultivos que se integran en el territorio y que conforma la agricultura tradicional de nuestra comarca, de hecho hay que tener en cuenta que forma parte de los objetivos aprobados por el plan estratégico de la DO Penedès, el compromiso es que, a partir de la vendimia del2025, el 100% del vino producido sea ecológico. 

En este sentido, pese a que Ametller alega que producirá de una manera "sostenible" y "respetuosa" con el medio ambiente, sus alimentos no cuentan con ninguna certificación que ofrezca garantías sobre la idea que se pretende transmitir a las y los consumidores y a ciudadanos y a la sociedad en general. 

3) Rompe el conector ecológico entre espacios naturales protegidos catalogados al PEIN (Roques Blanques, Montserrat y las Montañas del Ordal).

El espacio proyectado por el Agroparc, el cual limita con el río Anoia, se sitúa dentro del conector ecológico definido por el planeamiento territorial entre los espacios de interés natural de Roques Blanques y Montserrat hasta las Montañas del Ordal. Los conectores ecológicos se establecen, según la normativa, "para garantizar al máximo la permeabilidad ecológica entre las áreas de interés natural". Con que el Agroparque comportará un uso sobre-intensivo del espacio, tanto a nivel agropecuario  como industrial y logístico, no responde a las necesidades actuales en materia de biodiversidad y no es coherente con el planteamiento territorial. 

4) No respeta la zona de caza del águila de Bonelli y amenaza el hábitat de otras especies. 

Se pondrá en riesgo al águila de Bonelli,, especie protegida que se encuentra amenazada y en preocupante regresión. El águila encuentra en el espacio delimitado, incluso en suelo urbanizable de Can Joncoses, una área de caza preferente y próxima al área de cria identificada al pueblo de Gelida. Precisamente, entre los factores de amenaza de la especie  se encuentra el incremento urbanístico y de infraestructuras y y abandono de la agricultura extensiva (que supone la pérdida de calidad de territorios, la reducción de presas o el exceso de perturbaciones).

Así mismo, el espacio proyectado por el Agroparc, sirve de hábitat i/o zona de paso de otras más de 80 especies protegidas, que en su mayoría, los últimos años, han experimentado también un gran declive derivado de diversos factores. 

5) Implanta invernáculos y cultivos de regadío en una zona agrícola de secano. 

Dentro del ámbito del Agroparc se plantea la construcción de 15ha de "invernáculos tecnificados" en suelo no urbanizable, alegando que contarán con un sistema digitalizado que permitirá una mayor eficiencia en la producción. 
La realidad es esa, pero este sistema de producción agrícola intensiva requerirá el uso de más energía y mayor cantidad de recursos hídricos que la agricultura tradicional (y sostenible) de secano -como es la viña-, a demás de las otras consecuencias negativas que para el medio natural puede suponer este tipo de edificación en entorno donde se pretende implantar.1].

6) Implanta 15 ha de placas fotovoltáicas sobre terreno agrícola.

Se presenta la instalación de placas solares como la novedad revolucionaria e inofensiva, pero tanto la extensión como la localización de las placas hacen inviable ecológicamente su implantación. A parte, hay que tener en cuenta la oposición y el movimiento social  que ha devenido en los últimos meses en contra de las centrales solares en suelo agrario.


7) No optimiza el suelo industrial existente y creará una nueva zona industrial innecesaria.

A pesar de que el terreno de Can Joncoses se va a recalificar de agrícola a urbanizable, nunca ha dejado de ser un espacio con un gran valor ecológico y, a pesar de la idea que se pretende extender, no es un suelo baldío ni abandonado. Por la zona de Can Joncoses discurre el corredor ecològico del Torrent de Can Joncoses, y se encuentran todas las especies de fauna mencionadas anteriormente. De hecho, el grupo municipal, ahora al frente del gobierno local de Gelida, en el año 2019 declaraba en su programa electoral que la industria habían de ir  "a los los polígonos ya existentes y donde hay mucho espacio disponible, sin malograr Can Joncoses”. Esta posición parece haber desaparecido después de las elecciones ganadas. 

Independientemente, incluso, del valor natural de la zona, hemos de preguntarnos: hace falta construir más naves industriales cuando, en Gelida mismo, tenemos naves edificadas con un nivel de ocupación nulo o insuficiente? No tiene sentido construir una zona industrial cuando tenemos naves vacías y polígonos en desuso por todo el país y por toda la comarca (en el Penedès tenemos más de  200 ha de polígonos construidos y desocupados).


8) Se incrementa un 77% la actividad industrial respecto al  POUM* vigente.

Según datos del propio proyecto de Ametller, actualmente, el suelo de actividad de la zona de Can juncoses es de 13.0ha, todo esto en su nueva propuesta de Agroparque, con el pretexto de preservar suelo especial de viña, y el suelo especial de valor natural (como es el conector ecológico del torrente de Can Juncoses) incrementan un 77% este suelo de actividad hasta las 23 ha [2].

Pasando así de un polígono compacto a tres áreas de actividad segregadas que van de la fuente del Claro hasta más allá del puente del AVE y que necesariamente se habrá de interconectar. 

*Plan de Ordenación Urbanística Municipal.

9) Supone un importante impacto paisajístico y ambiental.

Gelida es la puerta del Alto Penedés, su mosaico agroforestal y vinícola constituye una frontera ambientalmente preservada al sur de la región metropolitana. Aún así, la implantación de un paisaje AgriTech, vinculado a un polígono industrial y gestionado como un parque temático, desdibuja los límites de actividad industrial que hasta ahora han estado circunscritos en los polígonos. Dispersando en el paisaje agrario las entradas de materia, energía y residuos relativos a una actividad de esta magnitud industrial y turística se introduce un cambio determinante en la gestión del paisaje. La confluencia del polígono de Can Juncoses con las nuevas instalaciones del parque agrícola que se vincula creará la necesidad de disponer de redes eléctricas, de agua y de comunicaciones internas, con las consecuencias asociadas asociadas a la contaminación acústica, lumínica y la la producida por los residuos.
Se compromete, pues, el rostro, la identidad, el carácter y las relaciones
agroecológicas en un territorio vulnerable, valioso y finito. 

10) Comporta una fuerte presión de movilidad y humana sobre el territorio.

Para lo que hace a la movilidad generada por el proyecto Agroparc, hay que tener en cuenta que, por un lado se prevee un flujo de unos 90.000 visitates/año (equivalentes a 250 visitantes/día) y 1.000 trabajadores, y, por el otro, la magnitud y el abastecimiento del proyecto supondrá una movilidad motorizada de mercaderías, tanto de materia prima como para envaces, productos elaborados y residuos. El volumen diario de vehículos pesados será, sin ninguna duda, muy considerable. La intensificación de la movilidad en la zona comportará una presión ambiental que será evidentemente negativa y perceptible tanto directamente como indirectamente, con una única carretera de acceso BV-2249, que no puede absorber un flujo de vehículos tan importante y que además pasa por el medio de un núcleo urbano. 

11) No es un sistema de ciclo cerrado.

A pesar de que se promueve el Agroparc como un proyecto totalmente sostenible y de ciclo cerrado, hay diversos factores que nos indican que esto no será una realidad. Hay que contextualizar y recordar el alcance de la actividad de Ametller. Para poder producir todo aquello que se propone dentro del Agroparc, habrá que hacer llegar una cantidad enorme de productos provenientes de otros lugares, y, dentro de otras cosas, se necesitará una cantidad de agua muy superior a la que puede superar el territorio -recordemos, a demás, la implantación de cultivos de regadío en un suelo de secano-. En este contexto de emergencia climática, no resulta coherente desarrollar y ejecutar este tipo de metodologías. 

12) Pretende simular un modelo de producción y comercio de proximidad y lo perjudica. 

En definitiva, el Agroparc se desarrolla sobre la base empresarial de un modelo de integración vertical de crecimiento crecimiento sostenido, no sostenible, que desvirtúa el valor de la proximidad y no se puede sostener sin externalidades, a pesar de que se presente como una actividad de ciclo cerrado y bajo la apariencia del campesinado de km 0. 


Notas:

[1] Proyecto: “Avance de planeamiento para la implantación de un PROYECTO DE INTERÉS TERRITORIAL. En el ámbito de CAN JONCOSES-LA TALAIA, CAN MATA D’ABELLÓ y CAN FONT DE L’ALZINAR” (Data: 2021.09.20

[2] Proyecto: “MODIFICACIÓN del POUM de Gelida en el ámbito de CAN JONCOSES-I FINQUES CONFRONTANTS. Documento por aprovación inicial” (Data: 2022.11.15)